La historia de la aparición de la letra eszet es en realidad bastante interesante, aunque al principio pueda parecer que se trata de una letra antigua que se inventó para complicar la vida a todos los que aprenden alemán. Todo empezó en la Edad Media, cuando se escribía con pluma y tinta. Por aquel entonces, se utilizaban distintas combinaciones de letras para producir un sonido similar a nuestra «s», tanto la «s» latina como la antigua «z» alemana. Para agilizar el proceso de escritura y hacerlo más compacto, empezaron a combinar estas letras en una sola combinación simbólica, lo que poco a poco dio lugar a la aparición de la eszet. Por cierto, la letra en sí solía tener un aspecto bastante diferente, y sólo en el siglo XIX empezó a utilizarse tal y como la vemos hoy.
Es interesante que eszet sólo exista en alemán, y que en muchos otros idiomas sonidos similares se denoten de forma diferente. Por ejemplo, en Austria y Suiza esta letra se canceló por completo, sustituyéndola por «ss». Pero en Alemania es muy apreciada y se sigue utilizando, porque hace que el idioma no sólo sea correcto, sino también elegante.