Cuando se enumeran los países donde el alemán es oficial o uno de los idiomas oficiales, la lista no es tan corta. Primero viene a la mente Alemania, naturalmente — donde el idioma no es solo oficial, sino el fundamento del estado, la cultura, la educación y la economía. En Alemania, el idioma está presente en todos los aspectos de la vida. Pero su influencia no termina en las fronteras alemanas. Austria también tiene al alemán como lengua oficial. Se escucha en todas partes: en las calles de Viena, en las aulas universitarias de Graz, en oficinas gubernamentales y juzgados. Y lo importante: la variante austriaca tiene sus particularidades, acentos e incluso léxico propio. No es un dialecto, pero sí tiene diferencias. Suiza es más compleja: el alemán es uno de los cuatro idiomas oficiales, junto con el francés, el italiano y el romanche. Sin embargo, por número de hablantes, el alemán domina claramente. En los cantones germanófonos — que no son pocos — se habla en escuelas, negocios y medios. En la vida cotidiana, se utilizan dialectos que a menudo no comprenden ni los propios alemanes. Pero por escrito se usa el alemán estándar. Liechtenstein es un principado pequeño donde el alemán es la única lengua oficial. Una lengua — sin alternativas. Luxemburgo es un caso particular. Tiene tres idiomas oficiales: francés, luxemburgués y alemán. Cada uno tiene su función. El alemán es fundamental en la prensa, la educación y, en parte, en la administración pública. En cuanto a Tirol del Sur — formalmente parte de Italia — el alemán está protegido y se usa activamente. Señales bilingües, escuelas, jardines de infancia, incluso el derecho a usar el alemán en tribunales — todo está garantizado por ley. Y lo más importante: los habitantes realmente hablan alemán como lengua materna. También hay regiones y minorías en otros países donde el alemán sigue presente, aunque no sea oficial. Hungría, Rumanía, Polonia, Chequia — en todos estos países existen comunidades que siguen hablando alemán en casa, enseñándoselo a sus hijos. Estas comunidades son un testimonio vivo de la magnitud de la cultura lingüística alemana. En resumen, el alemán como idioma oficial o estatal no es exclusivo de Alemania. Es parte de una gran zona de influencia cultural e histórica, donde el idioma cumple un papel esencial en la identidad, la gestión pública y la comunicación. Aunque el alcance varía, el fondo es el mismo: el alemán sigue siendo un idioma vivo, hablado y utilizado — no solo en capitales, sino en pueblos, universidades, redacciones y la vida cotidiana de muchas personas.